La posibilidad de realizar pagos en línea ha cambiado la trayectoria de las apuestas en línea y ampliado significativamente la base potencial de clientes. Las plataformas de dinero móvil como M-Pesa son un gran negocio en Kenia. En casi todas las calles, hay vendedores que aceptan depósitos móviles y luego se transfieren para realizar pagos.

La serie de SiGMA Noticias sobre iGaming en el continente africano echa un vistazo a cómo evoluciona la industria del juego en Kenia.

Mucho volumen, poco valor

La mayoría de los jugadores keniatas tienen entre 18 y 25 años, son estudiantes o cuentan con pocos ingresos. Las investigaciones sugieren que este grupo ve en el juego en línea una forma de complementar sus ingresos a la vez que se divierte. En consecuencia, los operadores tienden a centrarse en apuestas de gran volumen, alta frecuencia y apuestas de poco valor. Los sectores exclusivamente en línea todavía están poco desarrollados y las slots representan solo un tercio de los beneficios de los casinos en línea. Aun así, estos juegos atraen cada vez más a jóvenes encuentran por su bajo riesgo y sencillez. El gobierno tolera el sector en línea y los operadores con licencia en otras jurisdicciones pueden operar libremente en el país. No obstante, los legisladores planeaban redactar un proyecto de ley en 2019 para conceder licencias de juego en línea y limitar a los operadores extranjeros, regular la publicidad e imponer impuestos. Se desconoce si se aprobará el proyecto de ley en su forma actual, ya que la legislación keniana ya permite actividades como las apuestas, la lotería, los juegos de casino y las tragaperras, y no distingue entre juegos de habilidad o de azar. En 2018, los impuestos sobre los ingresos brutos del juego se redujeron al 15%, frente a un exorbitante 35%. Pero una propuesta del 20% sobre las ganancias y la sugerencia de que este impuesto se extendiera a las apuestas llevó a y a otros a amenazar con marcharse. Finalmente, el cambio impositivo se detuvo, pero el gobierno declaró que las normas fiscales seguían en revisión, aunque no se ha vuelto a saber nada desde que el impuesto se silenció por primera vez en 2020. Actualmente, las ganancias se tributan a un tipo del 15% y la misma cantidad se imputa a los ingresos por apuestas.  

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