Tras aprobarse la nueva ley brasileña del juego, Carla Dualib, directora regional de desarrollo empresarial de SOFTSWISS, comparte sus impresiones.

En resumen, la legislación, publicada el 30 de diciembre, obliga a las empresas de juego autorizadas, avaladas por el ministerio de Hacienda y que posean una experiencia demostrada en el sector, a pagar 30 millones de reales (5,6 millones de euros) por una licencia de cinco años. Estas empresas deben mantener su sede y dirección en Brasil, y al menos un brasileño debe tener una participación del 20% en el capital social. La estructura fiscal para estas empresas implicará un tipo impositivo del 12% tras las deducciones, y los premios sin reclamar se dividirán entre el FIES (Fondo de Financiación Estudiantil) y el FUNCAP (Fondo Nacional de Calamidades Públicas). Las ganancias tendrán un impuesto del 15% y la participación está estrictamente prohibida a menores de 18 años y a los profesionales del sector.

Sin embargo, algunos apartados de la ley se han vetado, como la propuesta de exención de impuestos para premios de hasta 2.112 reales (400 euros), que sigue siendo objeto de debate en el Congreso Nacional. Además, la comparación entre las apuestas y la lotería, teniendo en cuenta su naturaleza distintiva, plantea dudas. El sistema propuesto reconoce esta distinción, en particular en el contexto del impuesto sobre la renta anual. Si se elimina la exención de impuestos para los premios de hasta 2.112 reales, Dualib prevé que los apostantes podrían enfrentarse a dos opciones desfavorables: dejar de apostar, lo que cree poco probable, o empezar a apostar en plataformas no reguladas y así aprovechar esta zona gris en el extranjero. “Los apostantes son una parte crucial del sector. Sin usuarios, no hay operadores ni recaudación de impuestos. Sin embargo, me parece algo positivo en la evolución del proceso. Soy optimista en cuanto a que el Congreso Nacional reevaluará el veto y tendrá en cuenta las prácticas al formular políticas para el desarrollo de las apuestas deportivas.” A la pregunta sobre si Brasil sigue siendo un mercado atractivo para las operaciones tras la aprobación de la ley, Dualib comentó:

“Sin duda. El tamaño de Brasil presenta inmensas oportunidades. Actualmente, el iGaming ha alcanzado unos ingresos brutos del juego de 45 mil millones de reales (8,45 millones de euros). Esto representa menos del 28% del público objetivo potencial. Así que, el mercado aún tiene mucho que crecer. Para ponerlo en perspectiva, el tamaño actual del mercado equivale aproximadamente al número de jóvenes de 18 años en Brasil sin acceso a Internet”.Carla Dualib, directora regional de desarrollo empresarial de SOFTSWISS

Integridad en las apuestas

A la hora de cómo debería influir del juego en la industria del iGaming en Brasil, Dualib cree que uno de los temas centrales es “la integridad en las apuestas”. Dualib concluyó que “abogar por un juego responsable y prudente implica adoptar y promulgar políticas, procedimientos y controles internos. Estas medidas tienen varios propósitos más allá del blanqueo y la financiación del terrorismo, también mantener la integridad de las apuestas, frustrar el amaño de partidos y prevenir otras actividades fraudulentas. Este énfasis en la integridad corporativa supone una importante ganancia, vital para establecer la confianza entre todas las partes interesadas, incluidos los jugadores”.

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