El Senado de Brasil aplaza votar el proyecto de ley 2.234/22, una propuesta para legalizar y regular los casinos, bingos y otras formas de juego. La decisión se ha tomado a pesar de que el senador Irajá Silvestre, ponente del proyecto, y otros instaron a proceder a la votación antes del receso del Senado el 18 de julio.

Sin embargo, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco (arriba), cree que debería revisarse más exhaustivamente a la vuelta del Senado, el 1 de agosto. Sus partidarios, entre ellos el senador Silvestre, creen que el proyecto de ley representa una gran oportunidad para aumentar los ingresos fiscales, atraer inversiones extranjeras y generar más de un millón de nuevos puestos de trabajo. El proyecto de ley 2.234/22 pretende establecer un sistema nacional para los juegos de azar, que podría anular la autoridad de los estados individuales y los gobiernos locales que actualmente tienen el control sobre este asunto.

Sin embargo, el camino para legalizarlo no es tan sencillo. Al parecer, el presidente Lula da Silva quería que la votación tuviera lugar antes del receso, pero no fue así porque surgió un oponente poderoso: el grupo evangélico del Senado. Los evangélicos se oponen vehementemente al proyecto de ley. Estos argumentan que el proyecto actual carece de suficientes protecciones contra la adicción al juego y podría exacerbar los problemas sociales.

Décadas de desafíos

El proyecto de ley 2.234/22 se ha enfrentado a obstáculos en el pasado. Se redactó inicialmente en 1991, pero una comisión del Senado no lo aprobó hasta después de más de una década. Este largo proceso y la complejidad del asunto han creado opiniones diversas sobre la regulación del juego en Brasil.

Tras aplazarse la votación, es probable que en las próximas semanas continúen los debates y las posibles propuestas de modificación del proyecto de ley. El grupo evangélico del Senado presionará sin duda a favor de una reglamentación más estricta, mientras que los partidarios lucharán probablemente por mantener los evidentes beneficios económicos del proyecto de ley.

Sólo el tiempo dirá si Brasil se unirá a las filas de los países con casinos, bingos y juegos de azar legalizados y regulados. El caso contrario será que el proyecto de ley 2.234/ sufra otro retraso.

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