La innovación y progreso en los sitemas de pago

Artículo de JP Fabri, un economista aplicado con experiencia local e internacional. Fabri formó parte del gabinete privado del antiguo Primer Ministro de Malta y Gobernador del Banco Central de Malta. También tiene experiencia en el asesoramiento político internacional, habiendo sido asesor de 9 gobiernos en materia de resiliencia económica y buena gobernanza. Fabri también es profesor asistente visitante en la Universidad de Malta.

Los sistemas de pago a menudo se dan por sentados y se subestiman. Las generaciones actuales han visto aparecer tarjetas de crédito, de débito, los pagos en línea, a través del móvil, sin contacto y otros demás métodos innovadores. Los servicios de pago son uno de los factores más importantes de la industria, el funcionamiento de los mercados y la existencia del gobierno. Ninguna otra actividad bancaria es tan importante para la sociedad o las empresas como los pagos.

La tecnología y la regulación están impulsando la innovación en los sistemas de pago y se encargan de crear nuevas fuentes de valor. Los cambios son tan significativos que el futuro mercado de pagos tendrá un profundo efecto en la estructura del sector bancario actual y también en otros sectores.

En 2015, la Unión Europea actuó para crear un “mercado único digital” para los servicios de pago en Europa. Esta medida fue promovida por la Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2) de la UE, que reforzó los derechos de los consumidores, introdujo nuevas medidas de seguridad y proporcionó la infraestructura normativa para su propia forma de Banca Abierta (“OB”). Esta Directiva, que cambia las reglas del juego, abre las cuentas bancarias de los consumidores a terceros proveedores (TPP), desbloqueando los lagos de datos de los bancos y proporcionando igualdad de condiciones con otros proveedores de servicios financieros. Por ello, representa un cambio fundamental en el sector bancario europeo y un paso significativo hacia las finanzas abiertas. La PSD2 se convirtió en ley para los Estados miembros en enero de 2018 y sus medidas pasaron a ser activas y ejecutables por etapas hasta diciembre de 2020. La PSD2 se considera la respuesta de Europa a este ámbito en rápida evolución y tenía como objetivo definir y ser pionera en el futuro de los servicios de pago.

El futuro de los servicios de pago

No cabe duda de que la tecnología y el comportamiento de los consumidores están siguen ampliando los límites de los servicios de pago. COVID también se ha encargado de acelerar el uso de métodos de pago alternativos y numerosos analistas creen que se acelerará el avance hacia una sociedad sin efectivo. Cada vez más, se considera que los principales impulsores del futuro de estos servicios son los siguientes

• Sin dinero en efectivo: las transacciones electrónicas sustituirán al dinero en efectivo a medida que las innovaciones en materia de pagos permitan a los clientes utilizar el móvil y otros medios de pago alternativos, incluso en las transacciones de poco valor.
• Compromiso: a medida que los pagos y la movilidad se vayan integrando, la importancia de las transacciones de pago aumentará como punto potencial de interacción con el cliente, tanto para los comerciantes como para las instituciones financieras.
• Impulsado por los datos: con una mayor adopción de los pagos electrónicos, se acumularán más datos de las transacciones de pago, lo que permitirá a las instituciones financieras, los proveedores de servicios y los comerciantes obtener un mayor conocimiento de los clientes y las empresas.
• Mayor acceso a los préstamos: a medida que se procesen más pagos de forma electrónica, aumentará la visibilidad de las instituciones financieras sobre el flujo de caja y los patrones de gasto de particulares y empresas, lo que mejorará su capacidad para conceder préstamos a clientes que antes eran menos conocidos.
• Reducción de costes: dado que las soluciones innovadoras se basan en la infraestructura existente, que tiene unos costes variables muy bajos, el coste de realizar transacciones electrónicas se reducirá a medida que los pagos electrónicos adquieran más volumen.

Estas fuerzas, junto con las innovaciones normativas y tecnológicas, darán paso a una nueva era de empoderamiento del cliente. Con los permisos adecuados, los clientes podrán centralizar la información de sus cuentas y las opciones de pago en una aplicación móvil unificada, lo que les permitirá realizar sus operaciones bancarias cotidianas en la plataforma de su elección, proporcionada por su banco o por una tecnología financiera innovadora. La amenaza obvia para los bancos es la de la desintermediación, ya que las fintech podrían ser dueñas de la relación con el cliente, mientras que los bancos tradicionales se limitan a mantener la arquitectura de la infraestructura. Aunque los bancos pueden optar por tratar la PSD2 como un mero ejercicio de cumplimiento, creo firmemente que deberían convertir la normativa en una ventaja competitiva al convertirse en el integrador y proveedor de servicios de confianza del cliente.

PSD2: ¿éxito o fracaso?

Como sabemos, las intenciones de la PSD2 eran nobles, pero su ejecución fue precipitada e incompleta. La PSD2  presenta obstáculos en dos frentes principales:

• La definición restrictiva de “cuentas de pago” significa que los TPP están limitados en cuanto a la naturaleza y la cantidad de datos a los que pueden acceder desde los bancos y otros ASPSP.
• La falta de normas de normalización de las interfaces ha llevado al sector bancario a adoptar diferentes marcos de API/interfaz modificada, lo que hace que la integración de los TPP sea excesivamente engorrosa y costosa.

Por lo tanto, el marco actual deja mucho que desear y, en general, no está preparado para lograr la plena difusión de la banca abierta, y menos aún de las finanzas abiertas, de la manera sin fricciones que se pretendía en un principio. En consecuencia, los posibles TPP se han visto obligados a explorar la posibilidad de establecer marcos fiduciarios privados con determinados bancos, o bien conectarse con cada banco de forma independiente según el conjunto de normas específicas de ese banco. La Comisión Europea es consciente de que la DSP2 no ha estado a la altura de sus expectativas y se ha moderado su revolucionario alcance. Para ello, en septiembre de 2020, lanzó un Paquete de Finanzas Digitales muy completo.

Los datos son la clave. El futuro es digital, abierto y basado en los datos.

La estrategia de finanzas digitales establece las líneas generales sobre cómo Europa puede apoyar la transformación digital de las finanzas en los próximos años, a la vez que regula sus riesgos. La estrategia establece cuatro prioridades principales: eliminar la fragmentación en el mercado único digital, adaptar el marco normativo de la UE para facilitar la innovación digital, promover una economía impulsada por datos y abordar los retos y riesgos con la transformación digital, incluida la mejora de la resistencia operativa digital del sistema financiero. Adoptar las finanzas digitales daría rienda suelta a la innovación europea y crearía oportunidades para desarrollar mejores productos financieros para los consumidores, incluso para las personas que actualmente no pueden acceder a los servicios financieros. Además, abre nuevas vías para canalizar la financiación a las empresas de la UE, en particular a las PYMEs.

Por lo tanto, el impulso de las finanzas digitales apoyaría la estrategia de recuperación económica de Europa y la transformación económica más amplia. Abriría nuevos canales para movilizar la financiación en apoyo del Pacto Verde y de la Nueva Estrategia Industrial para Europa. Dado que las finanzas digitales aceleran las operaciones transfronterizas, también tienen el potencial de mejorar la integración de los mercados financieros en la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales y, por tanto, de reforzar la unión económica y monetaria de Europa. Un sector financiero digital europeo fuerte y vibrante fortalecería la capacidad de Europa para reforzar su autonomía estratégica abierta en los servicios financieros y, por extensión, su capacidad para regular y supervisar el sistema financiero para proteger la estabilidad financiera y los valores compartidos de Europa. El paquete lanzado por la Comisión consta de una Estrategia de Finanzas Digitales, una Estrategia de Pagos al por Menor, propuestas legislativas para un marco regulador de la UE sobre criptoactivos y propuestas para un marco regulador de la UE sobre resistencia operativa digital. La Estrategia de Pagos Minoristas tiene como objetivo ofrecer servicios de pago seguros, rápidos y fiables a los ciudadanos y empresas europeos. Les facilitará a los consumidores el pago en los comercios y la realización de transacciones de comercio electrónico de forma segura y cómoda, garantizando al mismo tiempo el éxito del despliegue de los pagos instantáneos en toda Europa. Para ello, pretende conseguir un sistema de pagos al por menor totalmente integrado en la UE, que incluya soluciones de pago transfronterizo instantáneo. Esto facilitará los pagos en euros entre la UE y otros países. Promoverá la aparición de soluciones de pago nacionales y paneuropeas. La estrategia de Finanzas Digitales, estrechamente vinculada, se basa en otros cuatro pilares, uno de los cuales es la “Promoción de la innovación impulsada por los datos en las finanzas a través de espacios de datos comunes”. Uno de los principales compromisos de este pilar es la “Promoción del intercambio de datos entre empresas en el sector financiero de la UE y fuera de él”. En este sentido, se perfila la estrategia de finanzas abiertas de la UE para los próximos años. Para ello, la Comisión tiene previsto publicar una propuesta de dicho marco antes de 2022 y pretende que se finalice y se ponga en marcha antes de 2024. El propio marco se estructurará en torno a:

• Una revisión de la DSP2 a lo largo de 2021: incluirá una revisión completa del ámbito de aplicación de la Directiva y tratará de rectificar los dos principales escollos comentados anteriormente
• La Estrategia de Datos de la UE que, entre otros objetivos de alto nivel, gira en torno a:
  • La creación de marcos que cumplan con el reglamento de protección de datos;
  • Una nueva Ley de Datos de la UE (que se debatirá a lo largo de 2021); y
  • Una nueva Ley de Servicios Digitales de la UE

La Estrategia de Datos de la UE es una empresa muy ambiciosa que pretende crear un mercado único de datos y construir nuevos sectores y nichos en torno al intercambio de datos. El documento es de carácter muy general y pretende servir de hoja de ruta para el futuro, tanto para el sector privado como para el público. Aborda los obstáculos relacionados con los datos a los que se enfrenta actualmente toda la UE y una estrategia de alto nivel sobre cómo superarlos. La visión va mucho más allá de los servicios financieros, ya que la estrategia es muy intersectorial y contempla la sanidad, el cambio climático, los registros públicos, etc. En el sector financiero, la legislación de la UE obliga a las instituciones financieras a divulgar una cantidad importante de datos sobre productos, transacciones y resultados financieros. Además, la Directiva revisada sobre servicios de pago supone un paso importante hacia la banca abierta, en la que se pueden ofrecer servicios de pago innovadores a los consumidores y las empresas sobre la base del acceso a los datos de sus cuentas bancarias. En el futuro, la mejora del intercambio de datos se convertirá en una piedra angular para estimular la innovación, así como para lograr otros importantes objetivos políticos a nivel de la UE. La Comisión facilitará aún más el acceso a la divulgación pública de datos financieros o de información de supervisión, actualmente obligatoria por ley, por ejemplo, promoviendo el uso de normas técnicas comunes que favorezcan la competencia. Esto facilitaría un tratamiento más eficiente de estos datos de acceso público en beneficio de otras políticas de interés público, como la mejora del acceso a la financiación de las empresas europeas a través de unos mercados de capitales más integrados, la mejora de la transparencia del mercado y el apoyo a la financiación sostenible en la UE.

Servicios de pago europeos. ¿Hacia dónde van?

La Comisión reconoce que los pagos están a la cabeza de la innovación digital en las finanzas. Con la digitalización y los cambios en las preferencias de los consumidores, los proveedores de servicios de pago abandonarán cada vez más los instrumentos de pago tradicionales y desarrollarán nuevas formas de iniciar los pagos.

Sin embargo, el mercado de pagos de la UE está muy fragmentado debido a las fronteras nacionales. Aparte de un puñado de factores mundiales, como las redes mundiales de tarjetas de pago y los grandes proveedores de tecnología, no existe prácticamente ninguna solución de pago digital que pueda utilizarse en toda Europa para realizar pagos en comercios y en el comercio electrónico. Aunque se han producido avances en el sector, como el proyecto de Iniciativa Europea de Pagos (EPI), y se está trabajando en la elaboración de regímenes y normas europeas comunes para facilitar la interoperabilidad de las soluciones de pago instantáneo, la Comisión reconoce el riesgo de incoherencias y de una mayor fragmentación del mercado. De cara al futuro, la Estrategia prevé la consecución de un sistema de pagos al por menor plenamente integrado que fomente la aparición de soluciones de pago nacionales y paneuropeas. Hacia el exterior, la Estrategia establece el plan de la Comisión para que la UE contribuya de forma significativa a los pagos transfronterizos con jurisdicciones no comunitarias, apoyando el papel internacional del euro y la autonomía estratégica abierta de la UE. A pesar de los reveses iniciales de la DSP2, sigo igualmente convencido de que el futuro es el de un mundo bancario abierto. La DSP2 sentó las bases normativas de ese nuevo mundo y la nueva Estrategia de Financiación Digital y la DSP2 revisada seguirán contribuyendo sin duda a ese futuro abierto. La evolución de los pagos tiene el potencial de iniciar una revolución, aunque más lenta de lo que se esperaba al principio.

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