Hilary Stewart-Jones, presidenta y directora general de Skywind Group, dice que 2022 ha creado múltiples retos financieros. Asimismo, ha provocado retos humanos para todas las industrias, especialmente el sector del juego. Han habido muchos equipos de TI e I+D con talento en países afectados por la guerra.

Los tipos de interés, el precio del combustible y la incertidumbre política y económica han hecho que la gestión de las empresas sea mucho más dura y que las decisiones de los consejos de administración sean más difíciles que nunca. La buena noticia es que parece que por fin hemos superado confinamientos. En la mayoría de los países, esto impulsará el comercio minorista y las empresas en general, porque las reuniones y conferencias podrán celebrarse por fin en persona. Sin embargo, algunos de los acontecimientos y tendencias de 2022 seguirán afectando hasta más allá del 2023. La tan esperada revisión de la legislación sobre el juego en Gran Bretaña aún no se ha llevado a cabo y nos queda mucha incertidumbre y un sinfín de especulaciones. Puede estar bien que el regulador (la Comisión del Juego) afirme que la legislación prescriptiva es indeseable, haciendo referencia a un estatuto con el que hemos trabajado desde 2007. Esto se debe a que descarta la flexibilidad. Sin embargo, en la práctica, solo en contadas ocasiones se interpreta la “flexibilidad” de la Ley de 2005 en beneficio de los titulares de licencias.

Esperanza en una mayor cooperación

Mientras tanto, la Comisión sigue en modo combativo frente a la industria del juego. En lo que va de año se ha impuesto 45 millones de libras en multas a 16 licenciatarios. La buena noticia es que Andrew Rhodes, director general de la comisión, dijo que quería colaborar más con el sector. La mala noticia es que cree que a la Comisión no debe importarle cómo sea la industria. (“No es …su papel [el de la Comisión] hacer crecer o contraer una industria”).

Esto, sin embargo, va en contra de la Declaración de Principios sobre Concesión de Licencias y Regulación a la que debe adherirse la Comisión. El artículo 2.11 exige que la Comisión tenga en cuenta: “la conveniencia del crecimiento económico”. De hecho, este era un principio tan importante para el gobierno maltés que está consagrado en la propia legislación sobre el juego. Véase la de 2018 – sección 4(e)).

Varios licenciatarios de juego han sufrido pérdidas, en parte daño colateral por la necesaria asequibilidad aumentada y los controles de SR. Aun así, la pérdida reportada de jugadores VIP británicos que pueden justificar / sostener pérdidas más grandes también puede deberse al nivel de detalle y la intrusividad de la información buscada, y las preocupaciones legítimas sobre las violaciones de datos. No es de extrañar que busquen consuelo en los mercados no regulados.

Multas desproporcionadas

Sin embargo, lo preocupante es que las multas son a menudo desproporcionadas en relación con el supuesto perjuicio. ¿Quién puede olvidar que el año pasado le duplicaron una multa a un operador por de recurrir la multa original? (Desgraciadamente, perdió el recurso contra el fallo del tribunal en diciembre). Los costes de cumplimiento cotidianos son totalmente desproporcionados con los márgenes que pueden generarse en el mercado. En resumen, parece que la Comisión no intenta comprender las presiones económicas a las que se ven sometidos los titulares de licencias. A pesar de que se ha autoimpuesto la obligación de tener en cuenta el crecimiento económico. Las multas se utilizan como herramientas para castigar, no para rectificar y “hacer las cosas bien”. Esperemos que la colaboración pueda frenar la tendencia y mantener un número competitivo de operadores en el mercado británico.

• Agradecimiento a David Whyte, Harris Hagan